En China, el caso de una pobre anciana de noventa y dos años ha indignado a la sociedad. La mujer fue salvada por la policía en una celda de Fengshan, Guanxi, donde había vivido encerrada por años en las más miserables condiciones. Lo más increíble, es que resultó que sus hijos la habían metido allá.
Tan pronto como fue sacada, la trasladaron al centro de salud a fin de que fuera revisada por los médicos. No tenía comida suficiente, ni ropa aconsejable para aguantar el tiempo. El cuartucho era pequeñísimo, puesto que contaba con no más de treinta metros cuadrados y estaba pobremente alumbrado.
Tampoco contaba con muebles en condiciones. Su cama era un pedazo de madera y misma estaba anémica por la carencia de comida. Cuando la Oficina de Administración del estado de Fengshan fue a interrogar a sus hijos, estos reaccionaron de forma violenta y se negaron a dar explicaciones. De forma que las autoridades han ordenado hacer una investigación del caso.
