Moisés Ribeiro Santos, uno de los futbolistas del Chapecoense que no viajó con el equipo a jugar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional.
Aseguró que la única persona que tiene “la culpa del accidente es el piloto de la aeronave”.
JUGADOR CHAPECOENSE QUE SE LIBRÓ DE LA MUERTE AFIRMA QUE “NO FUE UN ACCIDENTE” MIS AMIGOS FUERON “ASESINADOS” ESCUCHEN LO QUE DICE!
“Mis amigos fueron asesinados, no fue un accidente”, afirmó Ribeiro Santos, centrocampista del club brasileño de fútbol Chapecoense.
Esto fue días después del siniestro accidente al periódico ‘The Daily Mail‘. Es las declaraciones del jugador que no viajó porque se estaba recuperando de una lesión que presentaba, culpa únicamente al piloto de Lamia, Miguel Quiroga, que también perdió la vida en el incidente.
“El único culpable en esto es el piloto, nada ni nadie más”, aclaró el deportista, insistiendo que lo que ocurrido “no fue un accidente”. “Ha destruido muchas familias de toda la ciudad de Chapecó”, enfatizó Ribeiro.
“Seguramente habría estado entre los muertos” si no hubiera presentado la lesión, aseguró muy golpeado por lo acontecido. Como él, otros seis jugadores se salvaron al no viajar al partido de ida de la final de la Copa Sudamericana.
“En el momento que me lesioné, pregunté a Dios, y le dije a mi esposa ‘¿por qué yo?’. Hoy puedo ver que debido a mi lesión, Dios me libró”, agradeció.
El centrocampista asegura con ilusión que el Club Chapecoense “volverá a levantarse”. “Pasarán años y años y nunca habrá un equipo como este Chapecoense que conquistó el mundo”. “Toda esta buena voluntad y los tributos que están sucediendo en todo el mundo, nadie y nada podrán devolverlos”, añadió.
El aparato, que volaba a toda velocidad buscando el las luces del aeropuerto de Rionegro, tenía baja altitud; necesitaba una elevación superior de 10 mil pies para pasar por encima del cerro, pero en su última comunicación con la torre de control dijo estar a 9 mil pies.
LES COMPARTIMOS LOS DETALLES DE TODOS LOS ERRORES COMETIDOS EN ESTE VUELO.
a delegación del club de fútbol Chapecoense debió llegar el lunes en la tarde a Colombia procedente de Sao Paulo en un Airbus 320 fletado y por una desautorización de la autoridad aeronáutica brasileña tuvo que hacer escala en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y embarcarse allí en un avión que, hoy se sabe, tiene una autonomía de vuelo limitada.
Allí comenzó la terrible cadena de errores que terminó con una tragedia aérea que costó la vida a 71 personas, a la que sobreviven seis y que ha enlutado especialmente al mundo del deporte y el periodismo.
Aviones del tipo Airbus 320, como el que no pudo finalmente contratar el Chapecoense para viajar hasta la ciudad colombiana de Medellín desde el aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, tienen una autonomía de vuelo de más de siete horas.
La Agencia de Aviación Civil (ANAC) de Brasil desautorizó la partida del Airbus de ese país para cumplir el trayecto directo hasta Medellín, lo que obligó a la delegación a utilizar un Plan B.
La misma aeronave los condujo hasta Santa Cruz de la Sierra para fletar una aeronave de la empresa de chárter Lamia (Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación), una compañía anónima de capital venezolano nacida en 2009 en el estado de Mérida, aunque opera desde Bolivia.
ÚLTIMO VÍDEO JUGADORES CHAPECOENSE ANTES DE SUBIR AL AVIÓN
Las leyes aeronáuticas establecen que los vuelos privados deben tener matrícula del país desde que se parte o al que se llega. Horas después, partieron desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, de Santa Cruz.
La travesía duraría unas cuatro horas y la delegación debería llegar a su destino antes de la medianoche en el avión de la compañía Lamia, un RJ100 cuya fabricación británica data de los años 90 y que es llamado así en el ámbito aeronáutico por tratarse de un ‘Regional Jet’, es decir, un aparato diseñado para cubrir distancias cortas.
Su avión siniestrado estaba al mando del capitán Miguel Quiroga, dueño de la empresa de Charter, y el mismo que transportó hace 18 días a la selección argentina desde Belo Horizonte a Buenos Aires, tras jugar un partido de las eliminatorias para el Mundial Rusia 2018.
Este “Regional Jet” trasladó para jugar a domicilio partidos de la Copa Sudamericana al colombiano Atlético Nacional, el rival al que el Chapecoense ya no le podrá cumplir la cita en la final del torneo.
CHAPECO LLORA A SU EQUIPO
Expertos en seguridad aeroportuaria consultados hoy por Efe, que hicieron todo este detallado relato, no se explican cómo esta aeronave fue empleada para cubrir la distancia de 2.265 kilómetros aproximadamente que separan a Santa Cruz de la Sierra y el aeropuerto José María Córdova de Medellín, situado en el vecino municipio de Rionegro.
Es casi la misma autonomía de vuelo que tienen los RJ, como el siniestrado hacia las 22.00 hora local del lunes (03.00 GMT del martes) a pocos kilómetros de su destino, en el cerro El Gordo.
Las fuentes consultadas coinciden en recordar que hace unos veinte años aviones como estos fueron devueltos a su fabricante por la extinta compañía aérea SAM (Sociedad Aeronáutica de Medellín).
Por entonces, los directivos de SAM, que en 2010 se fusionó con Avianca, argumentaron que eran de bajo rendimiento, pues apenas llegaban a Aruba y Curazao, y no tenían capacidad de ir hasta Miami.
“Los protocolos de seguridad aeronáutica plantean que una aeronave debe tener suficiente combustible para llegar a su destino, pero también, para experimentar una espera eventual y, además, para ir a aeródromos alternos, en caso de presentarse una emergencia”, declaró a Efe un directivo de la Aeronáutica Civil de Colombia.
Otro eslabón de la cadena de errores que terminó por condenar a la muerte a siete de los nueve tripulantes y a 64 de los 71 pasajeros del avión de Lamia de matrícula CP2933 no ha sido divulgado aún por la Aerocivil.
W Radio Colombia emitió este miércoles la última conversación entre la operadora de la torre de control del Aeropuerto de Rionegro y el piloto del avión de Lamia en el que viajaba la expedición del Chapecoense.